Algunos años la Cuenca de Pamplona se llena de campos de girasoles -supongo que gracias a ayudas y subvenciones- Desde la bici día a día les fui acompañando en su corta vida. Los girasoles de la fotografía parece que han pasado la suya siguiendo una bandera. Ahora ya cansados y agotados tendrán que ver si les ha merecido la pena.
Aquí una ruta que transcurre por la Cendea de Olza y en la que a principios del verano se podían ver campos de girasol.
Más detalles de la ruta pinchando aquí
Buenas tardes Fernando. Genial reflexión pedaleada sobre la vida en un girasol. Un abrazo.
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